Por María Alejandra Cabrera.

El proceso de reactivación económica impulsado por el Gobierno como una estrategia para contrarrestar los rezagos económicos de la pandemia ha traído a la mesa una discusión sobre las formas de apalancamiento en las diferentes industrias y negocios.

Dentro de las políticas y mecanismos propuestos por el Gobierno, se han puesto a disposición del público líneas de crédito y subsidios, especialmente orientados a dinamizar el mercado inmobiliario. Sin embargo, el esquema típico del contrato de crédito o la temporalidad y limitación en el acceso a los subsidios pueden llegar a quedarse cortos ante los retos de una economía tan diversificada y en vía de desarrollo como lo es la colombiana.

Ante esta realidad, tanto el mercado como las prácticas jurídicas han empezado a retomar otras opciones de financiamiento, típicas del mercado inmobiliario, pero que cada vez logran adaptarse más a otros sectores y que otorgan liquidez a los actores en el corto plazo con buenas tasas de retorno para los inversionistas.

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